Crisis y renovación, el cine mexicano de los años sesenta
A cargo de Javier Ramírez Miranda
El viernes 9 de octubre de 2015
en Espacio Interdiscipliario. Rodó 1843
A finales de los años cincuenta, la industria fílmica mexicana entra en una profunda crisis causada por la pérdida de mercados latinoamericanos. Ante esta situación, los sindicatos ligados al cine mexicano se cierran impidiendo el ingreso de nuevos realizadores. Es un momento de gran efervescencia, una joven generación descubre en el cine un enorme potencial expresivo, y creadores de diversas disciplinas intentan un acercamiento al lenguaje de las imágenes en movimiento. La imposibilidad de ingresar formalmente a la industria (se requería haber dirigido una película para entrar al sindicato, y pertenecer al sindicato para poder dirigir) los lleva a refugiarse en el corto y mediometraje, que se convierten en espacios para la experimentación formal y temática. Esta generación se había formado en el cineclubismo y había tenido un acercamiento con la realización a través de los noticieros cinematográficos como Cine verdad. 1
Resultó natural que abundaran ejemplos de producción documental en duraciones cortas. Esa década comienza con un ejercicio experimental como El despojo, dirigida por el fotógrafo Antonio Reynoso sobre un texto de Juan Rulfo, pasando por cine ensayo en Apocalypse 1900 de Salvador Elizondo, las experimentaciones artísticas producidas por el futuro dramaturgo Juan José Gurrola, o por el joven cineasta Arturo Ripstein, y los ejercicios de la primera escuela de cine en México, fundada en 1963. 1968 marcará un parte aguas, el movimiento estudiantil será registrado por los mismos participantes y los Noticieros fílmicos producidos con este material significarán una importante herramienta de difusión para el movimiento.
Este trabajo pretende establecer un mapeo de las circunstancias en que cortometraje y documental confluyeron en la producción independiente de los años sesenta en México, subrayando el lugar experimental de sus propuestas y describiendo el proceso de politización desde su irrupción en el marco de la “modernización frustrada” que marcó esta década en el cine mexicano.
Javier Ramírez Miranda. Estudió Comunicación e Historia del Arte en la Universidad Nacional Autónoma de México. Es autor de Ibargüengoitia va al cine (Ediciones La rana y Universidad de Guanajuato, 2013) y de diversos artículos en torno al fenómeno fílmico. Imparte clases de Historia del Cine y ha sido investigador para películas como Los ladrones viejos (Everardo González, 2007) o Visa al paraíso (Lillian Liberman, 2010), entre otras. Es coordinador del Seminario Universitario de Análisis Cinematográfico y dirige Montajes, Revista de Análisis Cinematográfico.
1Esta serie había sido producida por Manuel Barbachano Ponce y al lado de figuras tan importantes como Carlos Velo, Benito Alazraki o Carlos Monsiváis desde principios de los años cincuenta y había posibilitado la experimentación constante.